Carta Abierta España es un ámbito de reflexión teórica y de análisis de la realidad política de nuestro país y de la Patria Grande Latinoamericana, que constituye un lugar abierto, democrático, independiente, plural y de crítica constructiva, para quienes se sumen a la defensa y profundización de un proyecto nacional y popular renacido con fuerza a partir del 2003 con el cambio político que supuso el gobierno de Néstor Kirchner y continuado en la actualidad por el gobierno de Cristina Kirchner.

Desde Carta Abierta España afirmamos nuestro compromiso con la decisión de instalar en nuestro país un modelo social justo, que fortalezca el funcionamiento democrático de las instituciones, un modelo de desarrollo sostenible que recupere la capacidad industrial de nuestro país, con una política económica redistributiva y de justicia social con especial atención a los sectores más desprotegidos, y una política internacional independiente en conjunción con los hermanos países latinoamericanos.


Este es nuestro compromiso, y a él se dirigirá nuestro esfuerzo colectivo.


Mesa coordinadora:
Carlos María Duhalde, Alejandro Mezzadri, Cecilia Denis, Enrique Borcel, Víctor Durana, Rodolfo Ladaga



miércoles, 26 de mayo de 2010

AL ASIGNAR LOS RECURSOS EL MERCADO TRAJO EL DERRUMBE, PERO EL CAPITALISMO TIENE SALIDA

La actual crisis financiera internacional tiene que observarse desde una apreciación coyuntural, estructural y de largo plazo. El poder económico, la cultura imperante y los medios obstruyen una discusión abierta, así que una de las más oportunas funciones sociales de este momento es difundir lo más posible los debates y las discusiones sobre estos temas, que, como veremos, estarán profundamente enraizados con nuestros destinos personales.

Pareciera que la crisis mundial fuera menos importante que su manifestación local o que resultara exógena a nuestra realidad. La organización económica mundial está en crisis y nos afecta porque no podemos menos que estar dentro del orden mundial. No es sólo una cuestión financiera sino estructural, por su magnitud, la forma que ha adquirido y su repercusión en la producción y los ingresos y si estuviéramos más comprometidos con el sistema financiero internacional no estaríamos mejor sino peor. Y como están en juego los bancos, la capacidad reguladora y la solvencia de los estados nacionales, el empleo y el devenir social, es ante todo un problema político. Está en crisis el sistema mundial capitalista, lo que no significa que va a desaparecer sino que se ha puesto en marcha un proceso de largo alcance (1) que nos obliga a estudiar con cautela el terreno que podríamos transitar en los próximos años.

Muchos analistas suponen que la crisis será superada en poco tiempo y aún hay quienes propugnan salidas que no harían más que profundizarla, lo que revela que la macroeconomía de la ciencia oficial no cuenta con instrumentos idóneos para entender el fenómeno. Tampoco se puede creer que el derrumbe de los mercados será definitivo porque la necesidad de atenuar su costo social y reciclar el sistema provocará una reacción para impedirlo. Para eso hay que ver el sentido en el que se mueven la sociedad y las tendencias internas que recrea el capitalismo.

Para continuar la lectura pinche aquí: Carlos Ábalo

domingo, 14 de marzo de 2010

Ponencia para el Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810

Con este primer envío iniciamos una serie de entregas periódicas en las que abordaremos distintas áreas temáticas ligadas a la actualidad y elaboradas por destacados compañeros en la Argentina. Entendemos que estas contribuciones facilitan abrir un espacio, donde podemos plantear y compartir las dudas y reflexiones que nos surjan de la lectura de estos textos.
Hemos recibido del compañero Norberto Galasso, de Carta Abierta Argentina, su Ponencia para el Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810 que habíamos solicitado para su distribución entre compañeros y compañeras, así como simpatizantes de CAE.
En esta ponencia el historiador Norberto Galasso nos ofrece una versión esclarecedora de mayo de 1810 que en estas fechas, próximo el Bicentenario, nos facilita e ilustra sobre los acontecimientos, las causas, los personajes y los intereses en pugna en esta etapa fundante de la historia argentina.
El relato novelado de la historiografía oficial o mitrista hace agua en cuanto se cuela un mínimo sentido de realidad (¿Participó el pueblo o se trató de una conjura militar con participación de los sectores más acomodados de la sociedad porteña de la época? ¿Por qué ocuparon cargos de gobierno varios españoles después del 25 de mayo? ¿Era feudal o capitalista la sociedad virreinal? ¿Quiénes estaban bajo los paraguas en la plaza?) , el intento revisionista, a pesar de rescatar a los personajes históricos demonizados por la versión mitrista, no logra una visión superadora. Sin duda la lectura coherente de ese momento histórico, que propone Galasso, nos permite entender qué fuerzas se movilizaron y enfrentaron, qué intereses políticos y económicos dirimieron sus diferencias durante los acontecimientos de Mayo, las razones de la versión mágica que acabó imponiendo la historia oficial velando la realidad de unos hechos que aún hoy, irresueltos, mantienen su actualidad.

“En los discursos escolares se califica a la Revolución de Mayo como el día del nacimiento de la patria y según este criterio año a año, se festeja con cantos y escarapelas, el aniversario o bien podría decirse el cumpleaños. Sin embargo…aún subsisten equívocos sobre este suceso, es decir, en las diversas interpretaciones saltan extrañas contradicciones. La razón de un fenómeno tan significativo –que no podamos explicarnos de una manera acabada y coherente cuándo y de qué modo nacimos- obedece a que nuestras ideas históricas, así como políticas y culturales, se hallan inficionadas por una concepción colonial.”(Parrafos iniciales del libro La revolución de Mayo (el pueblo quiere saber de que se trató) de Norberto Galasso editado por Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires: Colihue 2005).

Para ver el artículo completo pinche:
Artículo Galasso

domingo, 21 de febrero de 2010

NORBERTO GALASSO LE CONTESTA A PINO SOLANAS Y A SUS ADHERENTES

El 19 de enero último, desde INFOSUR, página web de Proyecto Sur, me han lanzado un agravio que me veo obligado a responder.

Desde INFOSUR me califican de “gran historiador”, autor de “un libro fabuloso”, “una obra clásica sobre la Deuda Externa ”, al igual que la “maravillosa biografía San Martín” y me tratan reiteradamente de “querido compañero”, para, después, lanzarme esta baja puñalada: “¿Qué hacemos ahora con esas cuatrocientos páginas (del libro sobre la Deuda Externa )...?”, como diciendo: “nos las vamos a meter en cierta parte” pues el autor sería un traidor, se habría quebrado, estaría al servicio del gran capital financiero internacional. Todo esto con motivo de que he sostenido que “ahora es difícil desentrañar la ilicitud de parte de la deuda” y que varios gobiernos le han dado “una especie de legalización” al renegociar sobre ella aunque igualmente “hay que investigar los ilícitos”, pero que lo más importante “es unir a América Latina en el no pago y patear el tablero” porque la cuestión no es tanto tener razón “sino tener fuerza”.

Curiosamente, la nota de Infosur prueba mi coherencia. Se inicia con una frase de mi libro: “La deuda ha operado como un instrumento de saqueo y sumisión semicolonial” (2002).Y concluye con otra declaración mía, actual: “Ahora hay que favorecer la unidad latinoamericana y proponer que todos los países denuncien que fueron estafados y que no se paga”. Mayor coherencia, imposible. En “Cash”, del 24/1/2010, sostuve lo mismo: “Hay que investigar y reforzar nuestro poder para decidir en conjunto. A las finanzas internacionales no les importa cuándo (ni cómo) se contrajo la deuda. Hay que finalizar este proceso de otra manera, a partir de la unidad latinoamericana, donde todos los países puedan expresar una opinión común frente a los acreedores internacionales”.

Es decir, hay que investigar y hay que poseer suficiente fuerza para no pagar. Hoy no contamos ni con una cosa, ni con la otra, pero el objetivo final es el no pago. Disentimos, eso sí, en la táctica, como también disentimos en la táctica general que desarrolla Proyecto Sur en política.
¿En que disentimos? En primer término, en que no se trata de quien grita más fuerte ni quién se escandaliza moralmente contra los piratas internacionales, sino en tener la fuerza suficiente: un pueblo movilizado y consciente del problema, capaz -como lo han sido los cubanos- de aguantarse todas las represalias, inclusive un bloqueo. Por eso, es imprescindible una acción concertada de América Latina -que va camino a su unificación- para patear el tablero. En la discusión con los filibusteros, estábamos mucho mejor parados en 1983, como ha dicho la Presidenta, porque salíamos de una dictadura y habíamos allanado el estudio Klein Mairal y Olmos había presentado su acusación... pero también es cierto que no teníamos fuerza y Alfonsín tampoco tuvo audacia y concluyó claudicando en ésta, como en otras cuestiones. Después hubo canje de títulos que complican nuestra argumentación respecto al comprador de buena fe y sucesivos gobiernos pagaron y renegociaron y se negaron a analizar lo rescatado en el estudio Klein, así como la acusación de Olmos que el juez Ballesteros remitió al Congreso. En 1999, recuerdo que fuimos al Congreso con Olmos, Norberto Acerbi, Luis Donikian, Carlos Juliá y unos pocos más -no estaban muchos que ahora levantan su voz y celebro que ahora lo hagan-, pero, entre los diputados, solo Alfredo Bravo y Luis Zamora –más allá de mi disidencia política con ellos- se preocuparon por escuchar el alegato de Olmos. Y no pasó nada.

Después vinieron otras negociaciones, entre ellas, la quita de la época kirchnerista. Nos guste o no, implícitamente también la quita significó lo que llamé “una especie de legalización” y que tanto ha irritado a Infosur. Pero de ninguna manera digo que no hay que investigar. Tampoco propongo no pagar mientras no tengamos fuerza para desconocerla. En fin, insisto, se trata de diferentes tácticas, porque las tácticas cambian según el momento histórico y no hay por qué injuriar ni descalificar cuando coincidimos en lo central: que fue una estafa y que, cuando podamos, debemos declarar que la deuda es cero. Ahora bien, como el “querido compañero” se preocupa y no sabe en qué lugar colocarse mis 400 páginas del libro De la Banca Baring al FMI, voy a tranquilizarlo con respecto a mi supuesta traición.

Entonces, empiezo para disipar dudas: con 50 libros publicados (discúlpeme pero hay tanto soberbio suelto que por una vez puedo violar mi modestia) nunca he sido invitado al programa de Mariano Grondona, ni he almorzado con Mirtha Legrand, ni me he abrazado con gorilas como Carrió, ni he coincidido con Pinedo (ni el abuelo, ni el nieto), ni he sido cómplice de la Sociedad Rural en ninguna votación. Tampoco me reportean ni “La Nación” ni “Clarín”, así que puede estar tranquilo. Esa gente sí tiene conciencia de clase, no la que supone Pitrola que deberían tener los trabajadores. Son clasistas en serio y hay que tener cuidado porque a veces son muy amables y si pueden, lo usan a uno.

Le sigo contando para que vea que no estoy “quebrado”. Vivo en Parque Chacabuco, un barrio de clase media, en una casa con pileta... de lavar la ropa. Una sola casa (herencia familiar) no dos, porque se sabe que alguna gente tiene dos: una para vivir y otra para albergar el ego. Tampoco tengo auto. Viajo en subte (vocación de minero, como decía Unamuno). Futbolísticamente soy de San Lorenzo que ya es demasiada carga para andar por la vida. Cobro la jubilación mínima y subsistimos con mi familia con algunos derechos de autor y un modesto alquiler de un local de esa vieja casa paterna... Usted, “querido compañero”, dirá seguramente: -Aquí te pillé, ¡eres rentista! (Carlos Marx seguramente no me lo reprocharía y sabría comprenderme ya que, salvando las distancias, no tengo ningún Federico Engels a mano). No soy revisionista a secas, como usted dice, confundiéndome (por ignorancia o por picardía) con Ibarguren o Irazusta. No soy rosista, soy de la línea: Moreno, Artigas, Dorrego, los caudillos federales (en especial El Chacho y Felipe Varela), el PAN en su época antimitrista, Yrigoyen y Perón. Esta reivindicación, hecha desde una Izquierda Nacional, que apoya todo movimiento antiimperialista tratando siempre de mantener su independencia ideológica, política y organizativa, es decir, “Frente Obrero” en el 45, representada luego, por bastante tiempo por Abelardo Ramos, salvo sus últimos años.

Asimismo, me siento latinoamericano de Martí, Sandino, Fidel, El Che, Evo, Chávez, Correa y tantos otros. Me considero, sobre todo un militante y por ello he sacrificado mi interés por la literatura y la cinematografía. En música, cero. Salvando también la distancia, digo, como Jauretche, que no distingo la marcha peronista de la marcha de la libertad. Desde esa perspectiva de I. N., estoy más a gusto en la CGT de Moyano o en la CMP de D’Elía, que viajando por Europa o asistiendo a fiestas de embajada. No soy kirchnerista pero apoyo a este gobierno. Lo considero lo mejor que hubo desde que murió Perón, más allá de limitaciones y carencias, que son propias de una sociedad fuertemente golpeada por la dictadura genocida, la frustración de Alfonsín, la traición de Menem, la estupidez de De la Rúa, el derechismo de Duhalde, etc..

Me defino así porque creo conocer donde está el enemigo principal, la correlación de fuerzas y el nivel de conciencia política de los trabajadores y de los sectores medios (algunos de éstos, me aterran). Por eso, jamás se me ocurriría hacerle juicio penal a Cristina por mal desempeño, porque no corresponde y porque la pondría al borde del juicio político, para solaz de Cobos y la “nueva unidad democrática” y además porque entonces eso debiera habérselo hecho a todos los presidentes anteriores (incluso legisladores) y hacerlo ahora es demasiada complicidad con los destituyentes. Este gobierno avanza todo lo que puede y si llegase a caer, no deliremos que va a venir algo mejor, sino la derecha más reaccionaria.

Algo más: integro la corriente política Enrique Santos Discépolo, dirijo el mensuario “Señales Populares”, adscribo a Carta Abierta. En lo fundamental, tengo la certeza de que el futuro es nuestro, de los trabajadores, en el camino de la liberación nacional y la unidad latinoamericana, hacia el socialismo. Sólo ocurre que, “como lechuza largamente cascoteada”, sé distinguir los enemigos y los tiempos. Creo que Trotsky era el que decía que hay gente que confunde 1905 con 1917 ó, ahora en el bicentenario, 1810 con 1816. Y para terminar, me acuerdo de Cooke. El le decía a Hernández Arregui: el intelectual se define sobre el trazo largo de la historia, pero el político tiene que definirse hoy y aquí, todos los días, teniendo presente aquellos objetivos finales, pero sin perder conciencia de en qué momento y en qué lugar está actuando. Creo que algo de esto es lo que nos aleja.

Disculpen la extensión pero, en verdad, preferiría que no se ocupasen de mí y profundizasen la discusión sobre la naturaleza histórica del kirchnerismo y cuál es la mejor forma de ayudar a Argentina y al resto de América Latina en estas luchas que van hacia el 2011.

Con un saludo,

Norberto Galasso.

martes, 9 de febrero de 2010

¿PARA QUÉ SIRVEN LAS RESERVAS?

Por Alfredo Eric Calcagno

07-02-2010 / MIRADAS AL SUR

Evitar la interrupción de las importaciones en casos de emergencia, como en la actual crisis internacional. garantizar la estabilidad de los mercados financieros y controlar la especulación. Estos son algunos de los usos de las reservas internacionales, para lo cual hay que “tocarlas”.

Las reservas internacionales consisten en oro, dinero en efectivo, depósitos en bancos del exterior en divisas aceptadas a escala internacional, títulos de deuda pública de países desarrollados y otros instrumentos análogos; se caracterizan por su alta liquidez, y equivalen a los pesos que se tienen en el banco o en el bolsillo para no estar corto de plata. Este stock de activos financieros varía a cada momento en función de la entrada y salida de divisas del país.

¿Para qué sirven? Primero, para evitar la interrupción de las importaciones en casos de emergencia (por ejemplo, crisis mundial, caída de las exportaciones) o para hacer pagos puntuales por encima del ingreso corriente de divisas. En segundo término, como reaseguro contra la inestabilidad de los mercados financieros y la especulación (las corridas cambiarias son instrumentos privilegiados de los golpes de mercado).

Un caso típico de esta utilización virtuosa de las reservas es el actual mantenimiento de un tipo de cambio competitivo mediante la intervención constante en el mercado cambiario (flotación administrada): si el peso tiende a apreciarse demasiado, el Banco Central compra dólares (que van a las reservas) y emite pesos; si el peso tiende a depreciarse demasiado, vende dólares de las reservas y absorbe pesos. Como se ve, es absurdo postular una intangibilidad de las reservas: su razón de ser es estar disponibles. Decir que “no pueden tocarse” porque son “el ahorro de los argentinos” no es un argumento: nadie ahorra si después no puede usar sus ahorros.

Existe confusión sobre si tenemos muchas reservas, pocas o suficientes. Muchos de quienes hoy exigen “no tocar las reservas”, no hace tanto criticaban al gobierno por acumular demasiadas. Pero no dicen cuál sería un nivel adecuado. Cualquier comparación arrojará que tenemos reservas de sobra: las reservas representan 15 meses de importaciones (lo normal son 4 meses), 16% del PIB (son casi 10% en Brasil y en Chile, 7% en México), y son muy superiores a los pasivos monetarios del Banco Central y a la deuda externa de corto plazo.

En muchos casos se considera que no tiene sentido seguir acumulando dólares y otras divisas, que no hace más que financiar muy barato a los países desarrollados. Por eso, algunos países pagaron deudas con las reservas excedentes, otros nacionalizaron empresas productivas… y no por eso perdieron reservas, ya que mantuvieron balanzas de pagos excedentarias.

En ese marco, es legítimo examinar si la Argentina necesita acumular reservas per se en bancos extranjeros o si tiene un mejor uso para ellas.

¿Se puede pagar sin recurrir a las reservas, como sugiere la oposición? Para pagar deuda externa se necesitan dólares. Si el Gobierno no los puede comprar al Banco Central, entonces los tiene que pedir prestado. ¿Adónde y a qué costo? En este momento, el país tiene que pagar intereses muy por encima de los de mercado; la diferencia con la tasa de interés que se cobra sobre las reservas es todavía mayor. Impedir el uso de reservas excedentes por 6.700 millones de dólares le costará al Estado, en un cálculo conservador, entre 500 y 700 millones de dólares por año, y podría ser bastante más, ya que el crédito se encarece cuando más se lo necesita.
El otro camino que se propone es pagar deuda con recursos presupuestarios. Significa que el Gobierno deberá usar pesos recaudados con impuestos para comprar dólares al Banco Central: estará entonces “tocando las reservas” para pagar deuda. ¿En qué quedamos: se puede o no se puede?

Por otro lado, los pagos de la deuda incluyen intereses y capital. Para 2010, los intereses suman el 27% del total, y su pago con recursos corrientes figura en el art. 1 de la ley de presupuesto. Los gastos de capital son el 73% del total y el art. 4 de esa ley prevé financiarlos con “endeudamiento público e incremento de otros pasivos”; entonces, pagarlos con nueva deuda no tiene nada de extraño. Es lo que se haría con el Fondo del Bicentenario, en donde la deuda pública emitida sería comprada por el Banco Central. Ahora, si lo que se quiere es pagar todo el servicio de la deuda (intereses y amortizaciones) con recursos presupuestarios corrientes, entonces habrá que recortar el gasto corriente y de inversión: habrá menos salarios, menos jubilaciones, menos transferencias, menos inversiones… como en 2001.

De las soluciones alternativas al Fondo del Bicentenario, la que implica disminución del gasto público atenta contra el crecimiento económico, el empleo, la obra pública y la asistencia social, y la basada en nuevo endeudamiento externo es gravosa. De allí que, con un análisis razonable, resulte conveniente pagar parte de la deuda externa exigible en 2010 con un porcentaje pequeño de las reservas internacionales. Excepto si, por especulaciones electorales, se intenta provocar una recesión que –se supone– le haría perder votos al Gobierno.

Otra propuesta de la oposición es constituir un fondo con las reservas, pero no para pagar deuda, sino para financiar inversión en infraestructura. Los pasos a seguir implican que el Banco Central entrega pesos al Tesoro a cambio de un bono de deuda pública; con esos pesos, el Tesoro compra dólares de las reservas. Pero para financiar obra pública se necesitan pesos, con lo que deben vender los dólares en el mercado cambiario, lo que apreciará al peso… por lo que el Banco Central saldrá a comprar dólares. Nos encontraríamos en igual situación que al principio: mismo nivel de reservas en el Banco Central y mismo monto de pesos en manos del Tesoro.

La conclusión es que para financiar un fondo de infraestructura, es superfluo usar las Reservas del Banco Central, salvo para la pequeña parte que corresponda a insumos importados. Más sencillo (y con menos comisiones de cambio) es conseguir financiamiento dentro del país.

El sentido del Fondo del Bicentenario es dar a los acreedores la señal de que Argentina quiere y puede pagar, para reducir el riesgo país y de ese modo facilitar y abaratar el acceso al crédito. Es consistente con la opción de reabrir el canje de la deuda y regularizar la deuda en mora con el Club de París. Puede disentirse de esas medidas, lo que no puede hacerse es protestar por estar –dicen– “aislados del mundo” y al mismo tiempo rechazar las medidas tendientes a normalizar el acceso al mercado financiero internacional.

Tampoco parece razonable avanzar propuestas sin analizar las relaciones de poder realmente existentes ni considerar las consecuencias económicas que implican, a menos de querer sembrar confusión política. El Fondo del Bicentenario también apunta a ahorrar cuantiosos intereses que de otro modo debería pagar el Estado, y a reducir la demanda pública en el mercado de financiamiento, que de otro modo encarecería el crédito tanto para el sector público como para el privado.
Esto permitirá al sector público continuar la recomposición de las infraestructuras físicas y sociales.

¿QUÉ SIGNIFICA SER CENTROIZQUIERDA HOY EN ARGENTINA?

Por Norberto Galasso

El inicio del año de 2010 es buena época para poner en claro las cuestiones pendientes en la vida personal y así también ocurre, en el área política.

Por eso, nos parece oportuno abordar algunas cuestiones centrales que en el fárrago de las luchas coyunturales quedan a veces subordinadas o indebidamente tratadas.

Una de ellas es el empleo de categorías liberales para calificar a personajes y partidos políticos, deformación que ,en general, acepta la mayoría de la dirigencia.

Así, se habla en la Argentina de “centroderecha” y “centro izquierda”.

Últimamente, un político mediático señalaba que “el centro derecha tiene problemas porque se halla dividido: allí están el PRO, la Coalición Cívica, el Radicalismo, el P.J. disidente, el peronismo federal, el PJ, partidos provinciales, el Frente para la Victoria,

los radicales K”, un sector del Partido Socialista y diversas fuerzas pro kirchneristas entre las cuales, supongo, incluye a los movimientos sociales, a la CGT y sectores del CTA pro kirchneristas, mientras él se asume como “la centro izquierda” que sería, parece, el Sí, el grupo de Sabatella, Diálogo por Buenos Aires, Proyecto Sur, Libres del Sur y otro sector de la CTA y del Partido Socialista.

Utilizando las categorías del liberalismo conservador oligárquico no habría entonces “movimiento nacional”, ni fuerzas “nacionales y populares”, ni “nacionalismo revolucionario”, ni posición “nacional-democrática”, ni Izquierda Nacional.

De este modo resulta que no existe en la Argentina una “cuestión nacional y así retrocedemos a la alineación de las viejas izquierdas – Partido Socialista, Comunista y el trotskismo autodenominado “clasista”- convertidas en alas izquierdas del régimen (1945, 1955, Mesa de Enlace Agropecuaria, etc.).

Ocurre, sin embargo, que la cuestión nacional recorre toda nuestra historia.

Desde 1816, año en que nos declaramos independientes como “Provincias Unidas en Sudamérica”, nuestro país se dividió en dos sectores claramente identificables: por un lado, el bando colonial, que quería hacer Europa en América (libre importación, endeudamiento externo, política anti-latinoamericana, cultura europeizada, etc.) que tuvo a Rivadavia y Mitre por principales exponentes y por otro, las fuerzas populares cuyo proyecto era crecer hacia adentro, mantener la soberanía e integrar la nación latinoamericna (San Martín, Dorrego, los caudillos federales, parcialmente Rosas (en la Vuelta de Obligado), El Chacho y Felipe Varela).

La cuestión nacional deslindaba las aguas, como las deslindó en el siglo XX entre el irigoyenismo y “el contubernio regiminoso” y luego, el peronismo respecto a la Unión Democrática.

Esa cuestión nacional tenía – y tiene- un doble carácter: la defensa de la soberanía, que implica independencia económica y la consiguiente justicia social, y además, la comprensión de que la verdadera nación despedazada y a reconstruir es América Latina, segunda razón fundamental para ser antiimperialista frente al imperialismo –inglés o yanqui- cuya política balcanizadora significa “dividir para reinar” creando países dependientes, monoproductores, que mirasen hacia los océanos y no hacia adentro, “los veinte hermanos que vivían de espaldas”, como los calificó Methol Ferré o “la veintena de sardinas víctimas de la ferocidad del tiburón”, según el guatemalteco Juan José Arévalo.

Hoy está en el tapete de la historia latinoamericana, con mayor vigor que nunca, esa cuestión nacional en sus dos aspectos: autonomía frente a los imperios, unificación en la patria Grande.

Lo señalan tanto Chávez como Evo como Correa, Castro, Ortega, Lula, Lugo, Mugica y los que van a sumarse.

Lo señala nuestro gobierno cuando liquida las cuentas con el FMI para que sus funcionarios no controlen oficinas en el ministerio de Economía como en otros tiempos, ni nos impongan planes económicos, ni nos monitoreen” como ellos amablemente denominan a sus consejos mortíferos.

Y lo expresa asimismo el UNASUR como también el Banco del Sur más allá de las dificultades en su consolidación (no podía ser de otra manera porque el enemigo está al acecho en la IV Flota y desde sus bases en varios países).

Por esto creemos que una manera de empezar el año sin equívocos residiría en llamar a las cosas por su nombre: si hay algún sector, dirigente o partido que se considera “nacionalista revolucionario”, o “nacional y popular”, o de “izquierda nacional” que rechace abiertamente la categoría de centroizquierda y que ponga las cartas sobre la mesa:

El consenso de Washington, y los traidores nativos han destruido el Estado, nos han endeudado, nos han sumergido en la pobreza y la indigencia, han extranjerizado el aparato productivo a punto tal que entre las 500 empresas más vendedoras el 73 % son extranjeras, han oligopolizado los mercados y avanzado en el terreno financiero, al tiempo que han intentado vaciarnos culturalmente de nuestro pasado, nuestra historia.

Además, nos han robado las palabras para que todo se confunda y en esa maniobra se complican quienes aceptan discutir en base a las categorías del enemigo.

Es necesario decir – y decirlo en alta voz- que en la América Latina despedazada y dependiente se asiste hoy, en la mayor parte de sus países, a un proceso de liberación y unificación, y que por ese camino hay que andar, aunque la correlación de fuerzas obligue en cada país, a darle a ese proceso, un ritmo distinto, según las posibilidades del campo popular.

Porque hay un campo popular y un campo antipopular (en este caso la palabra campo cumple dos funciones, como es obvio).

Porque hay fuertes intereses contrapuestos y hay proyectos antagónicos y hay enemigos, como los hubo siempre, por eso nuestra historia está escrita con sangre.

Aquí están los pueblos buscando trabajosamente su camino.

Y allá están los amigos del imperio es decir, de Monsanto, de la banca Morgan, del gran capital financiero aliados a las oligarquías vernáculas y a los grandes poderes mediáticos coloniales.

Es preciso definir intereses, clases sociales, proyectos contrapuestos y no es posible sustentar una posición de inmaculada prescindencia en esa lucha.

Por eso las palabras deben ser claras y contundentes.

Porque de otro modo, uno se pregunta: si unos son centro izquierda y otros son centroderecha, ¿eso significa que sustantivamente son centro y adjetivamente son izquierda o derecha?

Ello explicaría que se junten todos contra la propuesta nacional y popular del actual gobierno que resulta apoyada por los movimientos sociales y lo mejor de los gremios.

¿Ello explica que el 3 de diciembre se hayan abrazado dirigentes de”centroizquierda! con dirigentes gorilas de la Coalición Cívica, o que supuestos revolucionarios hayan favorecido el triunfo del “centro derecha” en la discusión de la resolución 125?

Llegado este punto, nos preguntamos, entonces, con grave preocupación, si no se trata solamente del uso de categorías sino de la vieja entente entre derechas e izquierdas que derrumbó a Yrigoyen en el 30 y a Perón en el 55.

Otra fábula que viene también desde la derecha: la política es una cuestión de gestión.

Es decir, la política no dirimiría intereses contrapuestos en la sociedad sino que sólo administra, gestiona.

Sobre esta cuestión podríamos decir mucho, pero Mauricio ya lo ha dicho todo.

“Está bueno Buenos Aires” gestionado por un empresario, decían en la campaña, pero el proyecto verdadero ha quedado al desnudo: para ellos, está bueno con el “fino” Palacios, con Posse, con Ciro James, con los grupos de choque expulsando a los pobres de las villas y las calles, o la gran revolución macrista: la enseñanza del inglés en los colegios primarios a chicos que todavía no saben castellano.

¡Qué mejor lección de política para quienes cometieron el error de votarlo!

Claro que así se aprende sufriendo demasiado, cuando se habrían evitado tantos dolores si los periodistas en serio y los políticos en serio, hubieran forzado la definición de los proyectos ocultos, polemizando sobre las grandes cuestiones y no sobre un bache más o menos.

Y para eso hay que obligarlos a definirse claramente sobre el pasado y el presente, que es definirse sobre el futuro.

Hoy, las medidas adoptadas por el gobierno de Cristina Kirchner –inclusive los intentos frustrados como el de la 125- señalan un camino de vocación nacional y popular –especialmente en los últimos meses- que deslinda claramente las aguas respecto a una oposición virulenta que intenta la desestabilización para volver al pasado, apelando a políticos que son la reencarnación de De la Rúa y de Menem, con las banderas gastadas de la defensa de las instituciones y la moralina chiquita que denuncia una coima al precio de ocultar el robo grande de la entrega del país (La Banelco del 2000 es el mejor ejemplo).

En este terreno nos paramos y lo hacemos con las palabras que corresponden: liberación nacional, unión latinoamericana, antiimperialismo, socialismo del siglo XXI.

/NG

domingo, 7 de febrero de 2010

CARTA ABIERTA ESPAÑA 3

El panorama político posterior a las elecciones de junio, pasados los primeros días en los cuales la oposición se consideraba ganadora y en vísperas de un gran fracaso del proyecto nacional y popular, sufrió un notable vuelco ante la acción firme del gobierno que ha retomado la iniciativa política frente a una oposición destituyente caótica y dividida que no encuentra propuestas serias y viables, ni líder creíble que la encabece.

El acoso sistemático del frente mediático antipopular ha resultado insuficiente para garantizar el triunfo de la oposición. Cada vez es mayor la brecha que se abre entre la imagen que intentan instalar, de una Argentina caótica sin rumbo, y la realidad de un país en marcha.

La capacidad de daño del frente mediático es enorme pero no ha logrado reemplazar la ausencia de alternativas políticas serias y reales al actual gobierno popular.

Ante esta carencias, luego de las últimas derrotas políticas, el bloque restaurador busca instalar un clima de caos, con la colaboración de grupos piqueteros que no dudaron en aliarse a la Sociedad Rural contra el gobierno y que hoy se suman con cortes de calles, como los últimos de la avenida 9 de julio, ofreciendo la ocasión a algunos políticos de pedir mano dura contra el caos, cerrando así el círculo vicioso de los desestabilizadores.

En lo económico el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha logrado amortiguar los daños causados por la crisis internacional tomando medidas claramente redistributivas, como el aumento de las jubilaciones, el aumento del salario mínimo vital y móvil que, por propuesta del gobierno, para el mes de octubre del corriente año es de $1.400 aumentando a 1.500 a partir del 1º de enero del próximo año, el subsidio universal de $180 por hijo de desocupados y trabajadores no formales, los subsidios al transporte público y al precio de los servicios públicos de energías para la población, entre otros.

En lo que se refiere a índices macroeconómicos la balanza comercial del primer trimestre del año marcó un superávit de 2.478 millones de dólares, lo cual representó un incremento del 139% con respecto al mismo período del año anterior. En términos acumulados los datos arrojan una balanza comercial de 8.333 millones de dólares, representando un aumento del 63% con respecto a igual período del año anterior. Y en el mes de Septiembre la recaudación impositiva fue de 26.231,7 millones de pesos, un 9,8% más que el mismo mes de 2008. El impuesto que más recaudó, el IVA, sumó en septiembre $ 7.923 millones, un 8,6% más que en septiembre de 2008.

Como consecuencia del impulso incuestionable de la política de Derechos Humanos del Gobierno, el último dictador Bignone junto con otros criminales de Campo de Mayo y los genocidas de la ESMA se sientan en el banquillo de los acusados, continuando el lento pero inexorable juzgamiento de los responsables del terrorismo de estado.

Con estas y otras muchas medidas para impulsar el desarrollo económico, y en defensa de la democracia podemos ver un panorama nacional muy diferente al que esperaba y deseaba la oposición.

Se ha comenzado a saldar otra vieja deuda de la democracia reemplazando la Ley 22.285 de la dictadura militar, que otorgó a las plataformas mediáticas que le apoyaban una posición monopólica en su sector, por la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Sin duda ha sido mérito del Gobierno, el encabezar este proceso, presentar e impulsar el proyecto de Ley e incorporar propuestas constructivas de otros grupos, ampliando el frente de apoyo a una ley que profundiza la democracia .y que fue aprobada por una amplia mayoría del Parlamento Argentino, en confluencia con centenares de organizaciones populares y de miles de sus militantes, de profesionales, universitarios, sindicatos, y de grupos del Parlamento no oficialistas. Esta confluencia ha agregado un valor cualitativo fundamental y ha remarcado un rumbo a seguir y profundizar entre las organizaciones políticas de ámbito parlamentario, permitiendo rediseñar la línea divisoria entre quienes sostienen políticas populares y sus opositores indicándonos un posible camino a seguir a partir de diciembre, en el marco de la nueva composición de las cámaras legislativas.

La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual ha sido boicoteada, práctica habitual para con las medidas del gobierno, por los oligopolios mediáticos no solo de Argentina, sino de otros países. En particular en España donde, además de los tradicionales medios de la derecha, otras plataformas presuntamente progresistas, como aquellas a las que pertenecen los periódicos El País y Publico, consecuentes con sus intereses y los de sus socios argentinos se han sumado a la campaña destituyente, fieles a la defensa de los intereses de las multinacionales en la Argentina y el resto de Latinoamérica, de la que hacen gala a diario.

El decreto de asignación de 180 pesos por mes por hijo para familias de desocupados y trabajadores del sector informal, medida de estricta justicia social posibilitada por la reestatización de los fondos de pensiones, y el envío al Parlamento del Proyecto de Ley de Reforma Política, que eleva la calidad institucional y democratiza el funcionamiento de los Partidos Políticos. Estas dos medidas recientes elevan la calidad social e institucional de nuestro país.

La propuesta de reforma política puede servir de ayuda a los radicales, que se debaten entre la grotesca figura de Elisa Carrió, el nada confiable Cobos y el débil aparato partidario, a definir un liderazgo. Mientras en el PJ, caciques sin indios tratan de soltarse del lazo de la institucionalización política que hará imposible falsos liderazgos. De Narvaez, Solá y unos cuántos más deberán navegar en las difíciles aguas de un peronismo del que cada vez se alejan más con sus propuestas neoliberales.

Debemos resaltar que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, lejos de retroceder después del 28 de junio, ha continuado profundizando el modelo nacional y popular retomado hace seis años y medio y ha evidenciado una nueva y especial apertura a las críticas constructivas y al diálogo dentro del campo popular.

No obstante, el heterogéneo conglomerado de fuerzas económicas , políticas y mediáticas de la restauración conservadora, que sólo ha sufrido una derrota táctica, continuará obstaculizando, boicoteando y tratando de desgastar al Gobierno intentando frenar los avances populares, desde el Parlamento actual, desde el nuevo después de diciembre y desde todos sus ámbitos de influencia y poder.

Queda un largo camino para recorrer. La consolidación de un modelo social que busque la equidad en la distribución del ingreso y del poder social, mediante el incremento de la participación de la clase trabajadora en la riqueza nacional, con un patrón de crecimiento basado en la expansión de los sectores productores de bienes, requiere del sostenimiento del superávit fiscal como factor determinante para evitar el predominio del sector financiero por sobre el productivo, incrementando los recursos del Estado en base a la imposición a las rentas financieras y a los grandes beneficiarios de las rentas extraordinarias agro exportadoras, como ha sido siempre el modelo económico y social del peronismo.
Desde Carta Abierta España, queremos resaltar los avances democráticos, populares y nacionales y comprometemos una vez más nuestro modesto aporte a la difusión y apoyo de las luchas por una Argentina democrática, con soberanía nacional y popular, con justicia social y hermana de la Patria Grande Latinoamericana, que está en nuestra misma lucha.

Y al mismo tiempo hacemos un llamado a apoyar desde las diversas organizaciones sociales, y desde el esfuerzo individual y colectivo las acciones del Gobierno que impulsan un modelo de crecimiento con justicia social, en defensa de los intereses del pueblo en una Argentina justa, libre y soberana.

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CARTA ABIERTA ESPAÑA - DOCUMENTO Nº3 - NOVIEMBRE 2009

DOS MODELOS EN PUGNA

DOS MODELOS DE PAÍS EN PUGNA

La realidad social de Latinoamérica nos muestra un gran número de países hermanos inmersos en una lucha democrática que termine con la injusticia y la explotación de nuestros pueblos. Recientemente El Salvador se ha sumado a transitar, después de 20 años de gobiernos de la derecha proimperialista, por el camino de los intereses populares. En casi todos ellos la vieja oligarquía aliada al capital financiero internacional y a las multinacionales se esfuerzan por recuperar los privilegios perdidos y amenazados, sometiendo a los gobiernos legítimamente elegidos a todo tipo de políticas de desgaste.

Así en nuestro país, en el que desde el año 2003 se está desarrollando un definido proyecto nacional y popular, la lucha por un modelo redistributivo con justicia social, encuentra resistencia desde los sectores tradicionalmente privilegiados.
En el último meses se han sincerados posiciones de algunos políticos que nos muestran que al igual que en otros países latinoamericanos dos modelos de sociedad están en juego.

Uno: EL MODELO NACIONAL Y POPULAR,
El del mantenimiento , avance y profundización del proyecto nacional y popular retomado en mayo del 2003, recuperando el rol del Estado como regulador y reparador de las profundas desigualdades sociales, con políticas de inclusión, reabriendo el acceso a la educación, a la salud la vivienda y al trabajo, generando crecimiento económico con reactivación de la producción especialmente industrial, redefiniendo mercados y relaciones internacionales, defendiendo a la mayoría de la sociedad de los efectos de la crisis internacional con medidas “heterodoxas” de signo contrario a las clásicas de los fundamentalistas neoliberales y neocon, fortaleciendo la democracia , poniendo la defensa de los derechos humanos como componente esencial de este proyecto y jugando un papel destacado en el Mercosur y en el conjunto de las instituciones y de las relaciones con pueblos y gobiernos de Latinoamérica, en el camino difícil, no lineal y necesario, hacia la emancipación de la Patria Grande Latinoamericana.

Otro: EL MODELO OLIGARQUICO ANTINACIONAL Y ANTIPOPULAR
(LA RESTAURACIÓN CONSERVADORA )

Modelo de la recuperación de las políticas que sumieron al país en la crisis mas profunda de su historia, mediante la deslegitimación , el boicot sistemático, el desgaste potenciados por la acción manipuladora de los grandes medios de comunicación masivos. Desde allí, encabezados por la Sociedad Rural, los mismos que no dudaron en apelar a la ruptura de la democracia cuando sus intereses y los de sus mandantes peligraban, perseveran en su papel convergente para la Restauración neoliberal y neocon, del capitalismo salvaje al servicio del crecimiento exponencial de los beneficios de una ínfima minoría y la degradación y miseria para la mayoría, y del endeudamiento de la Nación como hasta hace pocos años.

Este sector se prepara para concentrar todo el esfuerzo en las próximas elecciones legislativas, que consideran justamente cruciales para definir el escenario político
Desde hace pocos meses, a partir del enfrentamiento en torno al proyecto de ley de retenciones a las exportaciones agrarias, la derecha esta en una permanente operatoria mediática buscando hacer aparecer sus intereses de sector como los intereses de toda la ciudadanía. No quieren aceptar una redistribución mas justa del ingreso, ni ver cuestionados sus inmensos beneficios.

Pero la oligarquía agroexportadora mentor de esta posición con la Sociedad Rural a la cabeza, tiene un grave problema. Tradicionalmente apelaba a las fuerzas armadas para recuperar su posición dominante en el poder económico estatal. Hoy vedada esa posibilidad deben apelar a los políticos que les bailan alrededor como comparsa mendicante. Pero los dueños de la renta agraria no confían en ellos, su condición corrupta, la falta de representatividad de quienes se ofrecen para representarlos, hace que se vean obligados, los mismos directivos de las asociaciones patronales rurales a optar presentarse al Congreso cobijados en la listas de la derecha.
Representante de las Confederaciones Rurales Argentinas, de la Federación Agraria, de Carbap, de la Sociedad Rural Argentina y de otras sociedades rurales locales, estudian una penetración parlamentaria, ingresando al Congreso y a las legislaturas de la forma menos notoria posible disgregados en el PRO, entre Solá y de Narvaez, entre el ARI y la UCR, para luego conformar grupos parlamentarios propios.
Estamos frente a quienes defienden un modelo de una Argentina para pocos, que cuenta con el apoyo y difusión de los grandes medios de comunicación, y la participación de grupos políticos co-responsables del desastre social y económico al que fue sometido nuestro país. Es el modelo de país de “los que más tienen”, como justamente lo denominó la Presidenta de la Nación recientemente.

En este último campo se inscribe la alianza entre Solá, Macri y de Narváez, la reaparición de Reuteman en la línea de largada, y los corifeos del poder oligárquico que invocan la inseguridad y llaman al orden como un canto de sirena que los lleve a la restauración conservadora, como puede revelar un somero recuerdo de las actuaciones de Solá, ocho años Secretario de Agricultura de Menem e introductor de la soja transgénica con el apoyo de la gran beneficiada, la multinacional Monsanto, de Macri personaje en el que su trayectoria cómplice y beneficiaria de la destrucción del Estado argentino, su demagogia y su gestión desastrosa al frente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es también un ejemplo de lo que puede hacer la derecha, cuando los sectores populares no atinan a ver el bosque y solo ven el árbol.

Completándose el trío con de Narváez, empresario socio de Macri y de Manzano, dueño de un importante grupo de comunicación y de numerosas empresas, obtuvo por cesión de Menem la explotación del predio de la Sociedad Rural por 30 años. De Narváez es un oportunista de nulas convicciones políticas como lo demuestra el comentario que hace de él, uno de los soportes de este proyecto, el diario Clarín: “Francisco de Narváez Steuer, más conocido como "El Colorado" tuvo un derrotero político zigzagueante como son las búsquedas del poder. Se nacionalizó en 1983 para votar por Raúl Alfonsín; luego, inició su carrera política junto a Mauricio Macri, luego se enroló con Carlos Menem y más tarde aplaudió el ascenso de Kirchner. Ascendió al Congreso de la mano de Eduardo Duhalde y, finalmente, cuando se distanció de Roberto Lavagna, volvió— o tal vez nunca se fue— al lugar donde había comenzado por negocios, ideas y procedencia social, el PRO de los Macri.”

LA CLASE MEDIA FAVORECIDA Y LA MEMORIA DE PEZ
La extensa clase media argentina, ha tenido tradicionalmente como pautas de identidad unos determinados comportamientos, actividad económica, educación, consumo y empleo. La crisis a la que la llevó el neoliberalismo en el 2001, le provocó una ruptura con sus patrones sociales, la destrozó económicamente, y abrió una inmensa brecha con su modelo referente, la vieja oligarquía terrateniente. Empobrecida la clase media, cayó en una profunda depresión, falta de autoestima y en el negativismo más absoluto. Pasó de campeón a canillita. Le había tocado pagar, junto a la clase trabajadora,y limpiar los platos rotos del festín neoliberal que terminó con los camiones de caudales rumbo a los aeropuertos llevando los ahorros de años de esfuerzos de profesionales, de los pequeños empresarios, de los trabajadores autónomos y de los jubilados.

La clase media, saliendo de su dolor y su empobrecimiento, vivió esperanzada la nueva etapa política y el nuevo proyecto económico del Gobierno que comenzó en mayo del 2003, beneficiándose poco a poco del renacer económico-social de nuestro país y logró encontrar una perspectiva de futuro esperanzador.

En estos años de los gobiernos populares de Néstor y Cristina Kirchner vio como se recomponía el mercado interno y su maltrecha economía, recuperó los hábitos de consumo y los hizo posible, reabrió sus talleres y pequeñas empresas. Recuperó su autoestima y se sintió capaz ser actor de su futuro.

Hoy, recuperadas viejas pautas de comportamiento, la clase media favorecida se animó a mirar nuevamente a la oligarquía explotadora como un modelo a seguir y aceptó su engañoso mensaje de que “el campo somos todos”. Contradictoriamente, para defender lo conseguido con una definida política de reactivación de desarrollo de la economía con un modelo popular y distributivo, los sectores más favorecidos de la clase media parecen escuchar con aceptación el discurso de la derecha, que pretende restaurar el mismo neoliberalismo que los hundió en la crisis.

Ningún sector social se suicida, seguramente en el momento crucial de las próximas elecciones legislativas, cuando se comprenda que en esos comicios hay que optar entre fortalecer la reacción de aquellos que pretenden recuperar poder para no perder privilegios a costa del pueblo y de la clase media, o apoyar el modelo democrático, de justicia social y distributivo que representa el gobierno de Cristina Kirchner y los candidatos del Frente para la Victoria, la mayoría de la clase media porteña y de las provincias harán un ejercicio de memoria y verán lo contradictorio de apoyar la opción neoliberal que la llevó por el camino de la desaparición.

PROFUNDIZAR EL MODELO
Ante el actual intento involucionista, solo cabe la respuesta de la profundización de las medidas para hacer de nuestro país, un país más justo, más independiente, con un desarrollo económico integrado en la realidad latinoamericana y comprendiendo que es necesario la convergencia de las fuerzas populares para consolidar este modelo democrático y popular. Las estructuras burocráticas pueden ser un apoyo circunstancial, pero solo la movilización de las organizaciones sociales, la articulación de todos los que comparten los objetivos de éste gobierno, puede garantizar que el rumbo político no se vea amenazado.

A CRISTINA LA ELIGIÓ EL PUEBLO Y A CRISTINA LA DEFIENDE EL PUEBLO
Es el voto popular el que legitima a un gobierno para llevar adelante sus propuestas.
Millones de argentinos y argentinas apoyan este modelo como se demostró en la última elección presidencial donde la actual Presidenta logró casi el 50 % de los votos. este proyecto político que se inició un 25 de mayo de 2003, que continúa su profundización con el Gobierno de la Presidenta Cristina Kirchner, representa un modelo social, económico, político y cultural, basado en el trabajo, en la producción y en el esfuerzo para lograr una más justa distribución del ingreso y un desarrollo independiente del capital financiero internacional, y que ha hecho de la política de Derechos Humanos, uno de los pilares de la política de Estado que permitió reabrir el cauce a una reconstrucción material y moral de nuestra sociedad.

El discurso de Cristina Fernández al inaugurar las sesiones del Congreso ha constituido un balance contundente de las realizaciones del Gobierno Nacional y Popular desde mayo del 2003, reafirmando un proyecto que ha significado un radical viraje progresista en la situación política de la Argentina.

Han sido estos años de fuerte crecimiento económico y de una marcada reducción de los índices de desigualdad. Entre 2003 y 2007 en nuestro país la pobreza se redujo un 30,6 % y la indigencia casi un 20%. Lo salarios aumentaron mas de un 70%, mas de 100% en los de trabajadores de menores ingresos. La participación de los trabajadores en el PIB aumentó un 28% respecto al 2003 ( del 34% en 2003 al 43,% en diciembre 2008).

Este rumbo general, de cambios para la reconstrucción y el progreso en un marco democrático fortalecido, ha continuado y se ha acelerado con las últimas acciones del Gobierno:
Las medidas para enfrentar la crisis global, las medidas de reactivación, de infraestructuras, las ayudas a provincias y municipios, la coparticipación federal en los fondos sociales constituidos con las retenciones, la recuperación de Aerolíneas, el proyecto de estatización de la Fabrica de Aviones de Córdoba, el retorno al control del Estado de las jubilaciones secuestradas por la estafa privatizadora de los neoliberales, la reciente renegociación de gran parte de la deuda externa remanente (que debe volcarse en apoyo para las medidas anticrisis , sociales y de reactivación),las medidas para dotar de más recursos y competencias al Poder judicial para acelerar los juicios a los terroristas de estado, el Anteproyecto de Ley de Radiodifusión, son jalones innegables dentro de esta orientación general.

También continúan en ese sentido, los posicionamientos internacionales del Gobierno frente a la crisis global del capitalismo y su accionar en el marco de Latinoamérica (Mercosur, Unisur etc.) en el contexto de la lucha por la emancipación y la justicia social en la Patria Grande Latinoamericana.

Con relación a la crisis general capitalista, lo más relevante de las posiciones del Gobierno es la reafirmación del rol del Estado como factor activo en el desarrollo económico y social, y de intervención en la regulación del mercado, la necesidad de profundizar aun más en un modelo de cuidado del trabajo, la producción y el empleo, de reforzar una política selectiva de sustitución de importaciones y de reclamar relaciones internacionales de mutua colaboración y no de subordinación. Y también se ha lanzado la pregunta, doblemente pertinente sobre qué pasaría si esta crisis mundial encontrara a la Argentina en la situación de 2003 y con una dirigencia política que siempre concibe el ajuste contra los trabajadores y el pueblo y el no tocar los privilegios de los que más tienen como receta.
Respecto a las deudas heredadas y a las asignaturas pendientes, al presentar el Anteproyecto de Ley de Radiodifusión, la Presidenta Cristina Fernández ha señalado que éste y el anterior Gobierno han venido pagando viejas deudas de la democracia y que queda aún mucho por pagar, una deuda social interminable, que se comprometen a seguir pagando, ante millones de argentinos a los que no se ha podido llegar aún.
Desde Carta Abierta España, reivindicamos una vez más ese rumbo general, y reafirmamos que la necesaria critica y autocritica debe circunscribirse a la presentación de propuestas y alternativas dentro del campo popular, y nunca sumándose al coro hipócrita, destituyente y reaccionario de la Restauración Conservadora.

** Apoyamos al gobierno Cristina Kirchner que a los intentos de restauración conservadora y oligárquica, responde con más democracia y desarrolla la Propuesta de Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en reemplazo del Decreto Ley 22.285/80 realizado durante la Dictadura.

Este proyecto de Ley busca la desconcentración y desmonopolización de los medios existentes, garantiza como derecho humano universal, el acceso a la información y a la libertad de expresión, tal como lo prevé la Convención Americana de derechos Humanos, y protege el trabajo argentino mediante cuotas de pantalla de cine nacional, esto también en radios y en televisión, Regula que el estado Nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y los municipios tengan frecuencias asignadas, permite que las Universidades tengan emisoras sin restricciones. que las entidades sin fines de lucro tengan el 33% de las frecuencias y se limitarán los monopolios y oligopolios.

** Apoyamos la creación de un Ente Nacional de Promoción y Control Comercial Agropecuario y Agroalimentario, tendiente a permitir la regulación de la comercialización de granos por parte del Estado cuya finalidad es lograr una mayor transparencia en la formación de precios y en el abastecimiento de alimentos a precios razonables para todos los argentinos. El Estado tiene que asumir la responsabilidad reguladora en el mercado de granos. Actualmente las grandes empresas agropecuarias acopian sin comercializar alrededor de 10 millones de toneladas de soja. A la mitad de esos diez millones los acopiadores ya les aplicaron las retenciones a los productores, pero nunca las pagaron al Estado. En cuanto a los cinco millones restantes, pueden estar formando parte de un circuito negro. El Estado debe evitar, en beneficio de todos los ciudadanos y de las cuentas públicas, que diez empresas monopólicas establezcan los precios y tengan como rehenes a productores y consumidores.

** Apoyamos una política de Estado dirigida a la protección de los Pueblos Indígenas Originarios, al respeto de su cultura y a las justas reivindicaciones políticas y territoriales, y a lograr la igualdad en el acceso a la salud, la educación y a las oportunidades laborales, con el objetivo de posibilitar su pleno desarrollo acorde a pautas propias.

** El Estado Nacional y los Estados provinciales deben encarar la urgente defensa de los glaciares frente a al visible interés de multinacionales en la explotación de reservas minerales, con su consiguiente efecto depredador.

** Apoyamos toda medida tendiente a un mayor control, regulación general y de impacto ambiental y gravámenes de las actividades mineras, especialmente de las empresas privadas más concentradas.

** Igualmente señalamos la urgencia de profundizar medidas para preservar los recursos de agua potable frente a la avidez de los grupos multinacionales y de países más desarrollados que buscan, algunos bajo la apariencia de cooperación al desarrollo, lograr el control de las reservas de agua potable de nuestro país.

** Apoyamos la Ley de Bosques y un desarrollo normativo que permita enfrentar el grave peligro en que se encuentran nuestros bosques. Solamente en la provincia de Salta, que representa el 22 % del reservorio del todo el país, en los últimos diez años se perdieron 12 mil Km2, es decir 1,2 millones de hectáreas, de bosques nativos. La sojización desmesurada que se está desarrollando en la búsqueda salvaje del beneficio económico, es en gran parte la causante de este perjuicio irreparable.

** Apoyamos el desarrollo de un Plan Integral Ferroviario, que recupere y repare a nuestros anarquizados y deteriorados ferrocarriles como instrumentos de integración regional y nacional, en su doble función de transporte de pasajeros y de mercancías. Las obras de infraestructura de un plan semejante serían además una respuesta anticíclica, generadora de empleo y trabajo en todos los sectores vinculados y vinculables.

EL 28 DE JUNIO
La continuidad de este proyecto político requiere del esfuerzo de hacer visible el mayoritario apoyo popular con el que cuenta. Estamos en una etapa definitoria frente a las elecciones del 28 de junio en la que la perspectiva de las elecciones presidenciales del 2011 estará presente
Es necesario que los sectores que comparten los principales objetivos de éste gobierno, todos los sectores populares y progresistas, concentren sus esfuerzos en la defensa del éste modelo redistributivo, democrático, nacional y popular, y se ratifique el apoyo electoral expresado hace poco mas de un año.
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CARTA ABIERTA ESPAÑA - DOCUMENTO Nº 2 - ABRIL DE 2009